LA PIRÁMIDE DE F. BIRD EN MINERÍA

Ramón Hervás Fernández1

De todos es sabido que la minería es una de las actividades que mayores riesgos entrañan para los trabajadores que desempeñan las labores propias del sector.

 Dichos trabajadores se enfrentan diariamente a riesgos que, en caso de que se materializaran en accidente, podrían causar importantes daños a la salud. Además, estos riesgos se agravan con el hecho de que la mayoría de los trabajos mineros se realizan a la intemperie, lo cual hace que los trabajadores se vean expuestos a condiciones ambientales extremas, siendo además el lugar de trabajo muy rápidamente cambiante en el tiempo, a veces de forma diaria. 

Por todo ello, podemos decir que la probabilidad de producirse el accidente es alta en este sector, y dada su peligrosidad estaríamos hablando de que dicho accidente se pueda transformar en mortal para el trabajador. También es cierto que hasta que se llega a esta fatal consecuencia para la salud del operario existen riesgos o situaciones de menor entidad que se deben conocer y que pueden dar lugar a los llamados “incidentes”.

En este sentido, Frank Bird (1921-2007) desarrolló un estudio, a finales de los años 70, con más de 1.750.000 accidentes con el que concluyó que por cada accidente mortal tenían lugar 10 accidentes graves, en los cuales el trabajador requirió baja, 30 que causaron solamente daños materiales y 600 incidentes (casi accidentes), sin lesión corporal ni daños materiales. Con estos datos desarrolló la famosa pirámide de accidentes o Pirámide de Bird (Figura 1).

Figura 1. Pirámide de Bird

Esta pirámide hace pensar que estadísticamente una empresa que tenga muchos incidentes tendrá más probabilidad de que le ocurra uno de graves consecuencias, por lo que todos y cada uno de los riesgos, sean de la entidad que sean, habrá que tenerlos en cuenta. 

En otro estudio efectuado por Bird (1974), demostró que de cada 100 accidentes, 85 se debieron a actos inseguros y solo 1 ocurrió por condiciones inseguras, los 14  restantes se produjeron por combinación  de ambas causas. Lo que significa que el ser humano interviene directamente en el 85% de los accidentes por actos inseguros, en el  14% de los accidentes por la combinación de ambas (99% de las veces) e interviene  indirectamente en el 1% de los accidentes por condiciones inseguras, ya que la condición insegura necesariamente  fue provocada por alguien, siendo de gran peso la  actitud del ser humano en su trabajo y sobre los accidentes laborales. 

Veamos algunas definiciones para entender el artículo, procedentes del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo (INSHT):

  • Accidente de trabajo: “Es un suceso anormal, no querido ni deseado que se presenta de forma brusca e inesperada, normalmente es evitable, interrumpe la continuidad del trabajo y puede causar lesiones a las personas”.  
  • Incidente: “cualquier suceso no esperado ni deseado que NO dando lugar a pérdidas de la salud o lesiones a las personas puede ocasionar daños a la propiedad, equipos, productos o al medio ambiente, pérdidas de producción o aumento de las responsabilidades legales”,

Analizando con profundidad los accidentes se confirma que los mismos son una secuencia de una serie infinita de causas y circunstancias, entre las que podemos incluir a los incidentes.

Estudiando la evolución de los accidentes de trabajo con baja en los 3 últimos años en el sector de las industrias extractivas y refiriéndonos a los datos aportados por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social se puede afirmar lo siguiente (Tabla 1): 

  • Para el año 2015, se produjeron y notificaron en España 2.560 accidentes de trabajo con baja: 2.542 accidentes leves, 11 accidentes graves y 7 accidentes mortales. 
  • Asimismo, los datos aportados para 2016 fueron de 2.239 accidentes con baja, de los cuales 2.205 fueron leves, 30 accidentes graves y 4 mortales. 
  • Finalmente, el mismo Ministerio nos avanza los resultados de enero a julio de 2017, siendo 1.103 los notificados con baja y distribuidos así: 1.086 accidentes leves, 15 accidentes graves y 2 accidentes mortales.

Tabla 1: Evolución accidentes con baja en industria extractiva

Fuente: Ministerio de Empleo y Seguridad Social

A pesar de que la tendencia en el número de accidentes de trabajo es a la baja (según los datos aportados hasta la fecha todo apunta que 2017 tenga un menor número que los años anteriores) no deja de ser llamativo el índice de incidencia (1) del sector, actualmente en un 740,1 y  muy por encima de otros sectores con bastante siniestralidad como pueden ser la construcción o la agricultura (Gráfico 1):

Gráfico 1: Índices de incidencia de accidentes con baja según actividad

Fuente: Ministerio de Empleo y Seguridad Social

(1) El índice de incidencia se calcula como el número de accidentes de trabajo, multiplicado por cien mil y dividido por el número de trabajadores afiliados a la Seguridad Social con las contingencias profesionales cubiertas.

Sin pretender describir todos los factores de riesgo que pueden afectar a una explotación minera, se puede afirmar que los principales factores relacionados con todos estos accidentes mortales están relacionados con:

  • Utilización de maquinaria móvil, como palas cargadoras y volquetes en las operaciones de circulación, transporte, carga y descarga.
  • Utilización de maquinaria fija, fundamentalmente cintas transportadoras y tolvas en operación y el mantenimiento.
  • Proyección de fragmentos o partículas en operaciones de corte de roca o mantenimiento.
  • Caídas de personas a distinto nivel, tanto en operación como mantenimiento.
  • Caída de objetos desprendidos de diversa índole.

Asimismo, los puestos de trabajo más accidentados para el período en estudio son los de operario de planta y mecánico, teniendo en cuenta que la mayoría de estos accidentes se van a dar en “otras industrias extractivas” entre las que se incluyen los sectores de roca ornamental y las arenas y arcillas, con un 70% de los trabajadores empleados en el sector minero.

Con los datos numéricos aquí expuestos y refiriéndonos solamente al año 2017, si los relacionamos con las conclusiones de los estudios de F. Bird comentados al inicio del artículo, podemos indicar que con los 2 accidentes mortales producidos hasta la fecha (julio 2017) se han llegado a declarar en torno a 20 accidentes graves, 60 accidentes que han causado daños materiales y aproximadamente 1.200 incidentes, o lo que es lo mismo, actos inseguros o condiciones peligrosas que pueden desencadenar en el accidente de trabajo, y en los que en un 85% de los accidentes por actos inseguros interviene directamente el trabajador.

Entre estos actos inseguros podemos destacar: operar equipos sin autorización, no señalar o advertir, operar a velocidad inadecuada, poner fuera de servicio los dispositivos de seguridad, eliminar los dispositivos de seguridad, usar un equipo, móvil o no, defectuoso o de manera incorrecta, emplear de forma inadecuada/no usar el EPI, instalar/almacenar/levantar cargas de manera incorrecta, adoptar una posición inadecuada para hacer el trabajo, realizar mantenimiento de equipos móviles mientras se encuentran en marcha, hacer bromas pesadas, trabajar bajo la influencia del alcohol y/u otras drogas.

Mientras que entre las condiciones peligrosas podemos incluir: protecciones y resguardos inadecuados, equipos de protección inadecuados o insuficientes, herramientas de protección inadecuadas o insuficientes, espacio limitado para desenvolverse, peligro de explosión o incendio, orden y limpieza deficientes en el lugar de trabajo, condiciones ambientales peligrosas: gases, polvos, humos, vapores, etc., exposiciones a ruidos, radiaciones, temperaturas altas o bajas, Iluminación excesiva o deficiente, Ventilación insuficiente

Conclusiones 

El sector de las industrias extractivas es una actividad con alto nivel de siniestralidad y el riesgo es un elemento intrínseco asociado al empleo de técnica minera. Esto exige por parte de todas las partes involucradas, Administraciones Públicas, empresas y trabajadores la mayor atención y esfuerzo para lograr que se trate de un riesgo controlado, en el sentido de que se conozcan perfectamente las causas que lo provocan y sea posible que la actividad se desarrolle con las máximas garantías de prevención.

En este sentido es esencial evaluar los riesgos derivados de la actividad (lugares de trabajo, equipos de trabajo, puestos e instalaciones) e informar a los operarios de las medidas preventivas a adoptar para minimizarlos o incluso eliminarlos. Además, la formación a los trabajadores, no solo es obligatoria sino que además está regulada en cuanto a carga horaria y contenidos, mediante la Orden ITC/1316/2008, de 7 de mayo, por la que se aprueba la ITC 02.1.02 «Formación preventiva para el desempeño del puesto de trabajo», del Reglamento General de Normas Básicas de Seguridad Minera.

Finalmente, es de vital importancia involucrar al operario que sufre un accidente leve, sin lesiones físicas y/o sin baja médica, o que es partícipe de una condición peligrosa, para que trasmita esa información a la empresa o Servicio de Prevención para analizar las causas y evitar que se repitan. De lo contrario, con esa actitud se elimina la opción de que se investigue el incidente/accidente y se documenten las causas, evitando por tanto que se tomen medidas preventivas y en consecuencia podría afectar nuevamente a otros operarios del mismo puesto de trabajo. A modo de curiosidad, en numerosas empresas, el hecho de que un trabajador acuda al botiquín de primeros auxilios le obliga a comunicarlo a su inmediato superior para que se investiguen las causas. Con ello, estamos atacando directamente la base de la pirámide de Bird, lugar donde debemos dedicar todos nuestros esfuerzos en la reducción de accidentes laborales: a menor número de incidentes, menor será el de accidentes graves y, en consecuencia, pueden incluso llegar a desaparecer los mortales.

BIBLIOGRAFIA

  1. MONOGRAFIAS
    1. MARTINEZ RADA, SOFIA. Ergonomía en construcción: su importancia con respecto a la seguridad, 2013
    2. SEBASTIAN HAAS DIAZ. Diseño de una estrategia para la reducción del índice de accidentes reportables en la fábrica, 2008
    3. EDUARDO RAFFO, LUIS RAEZ, ORESTES CACHAY. Riesgos psicosociales, Revista de la Facultad de Ingeniería Industrial, 2013
  1. ESTUDIOS
    1. Accidentes de Trabajo con baja, periodo 2015-2017. Ministerio de Empleo y Seguridad Social, 2015, 2016 y 2017.
    2. Informe de siniestralidad minera. Ministerio de Industria, Energía y Turismo, 2016.
  1. LEGISLACION
    1. España, Orden ITC/1316/2008, de 7 de mayo, por la que se aprueba la ITC 02.1.02 «Formación preventiva para el desempeño del puesto de trabajo».